Agentes de la Guardia Civil han desarticulado una organización acusada de estafar por internet 120.000 euros con productos de segunda mano ficticios, principalmente tractores, en el marco de la operación ‘Argonautas’ en la que han detenido a tres personas por su presunta implicación en los delitos de estafa, falsificación de documentos públicos, usurpación de estado civil y pertenencia a organización criminal.
Según ha informado el instituto armado en un comunicado, estas personas supuestamente ofertaban productos a «precios interesantes por debajo de su valor real» y cuando las víctimas de la estafa denunciaban, el dinero ya había sido retirado de la cuenta. Hasta el momento, se han podido esclarecer 58 delitos de estafa a través de Internet de diferentes puntos de la geografía española.
El operativo, desarrollado por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Puçol, se inició al tener conocimiento de una estafa tecnológica ocurrida en Estivella.
También se ha descubierto que un experto informático supuestamente hacía uso de técnicas de ocultación a través de software, servidores VPN anónimos y servidores con una seguridad mínima para desplegar un entramado de webs, unas de comercios electrónicos (generalmente de venta de tractores aunque también anunciaban ordenadores o maquinaria industrial) y otras de empresas de mensajería, paquetería y transportes voluminosos.
Las webs de comercios electrónicos generalmente de venta de tractores simulaban ser una empresa real existente y modificando las URL de las web las mantenían activas. Si eran retiradas por petición judicial o policial, estas eran clonadas y publicadas con una URL similar o parecida. Las páginas clonadas eran de empresas «serias, conocidas y con reputación empresarial europea«, según la Guardia Civil.
Paralelamente, publicaban webs de empresas de transportes y paquetería que ofrecía mediación entre los clientes y las empresas de venta de maquinaria industrial, instrumentos musicales u ordenadores.
Otro de los componentes de la organización supuestamente se dedicaba a la falsificación de documentos oficiales de España y países extranjeros (Hungría, Holanda, Rumania, Filipinas o Italia, entre otros).
Con estos documentos, la organización obtenía multitud de tarjetas telefónicas prepago para poder llevar a cabo las estafas y abrían cuentas corrientes por todo el territorio nacional que serían usadas para recibir las transferencias del dinero estafado. Con las tarjetas de crédito o débito asociadas a dichas cuentas, extraían el dinero estafado a través de los cajeros automáticos.
Una vez establecidas las webs en servidores con datos falsos, teléfonos adquiridos con identidades falsas y las cuentas bancarias totalmente operativas, publicaban en internet en diferentes portales de anuncios de compra-venta de artículos de segunda mano en los que se ofertaban tractores de segunda mano a precios «muy interesantes», maquinaria industrial, instrumentos musicales y ordenadores por todas las provincias españolas.
En dos días, 400 anuncios
La batería de publicación de estos anuncios alcanzaba en ocasiones hasta 400 anuncios en dos días, realizados desde IPs ocultas, de países extranjeros o de redes WIFI particulares que eran vulneradas.
Cuando los perjudicados observaban los anuncios y se interesaban por el artículo anunciado (generalmente un tractor), debían realizar una transferencia a una cuenta corriente que le facilitaban, cuenta previamente abierta con documentación falsa y remitir por correo electrónico una copia de la transferencia. Al enviarla, recibían un correo electrónico con el número de seguimiento del envío del artículo que nunca recibían ni existía.
Para cuando las víctimas de la estafa denunciaban, el dinero ya había sido retirado y si la cuenta era cancelada, abrían una nueva o utilizaban otra para continuar las estafas. Generalmente una cuenta hasta que era cancelada o bloqueada, recibía entre 10 y 20 transferencias en un plazo corto de días y el beneficio económico superaba los 12.000 euros.
En ocasiones cuando el perjudicado no se fiaba de los anuncios, el interlocutor de las estafas lo remitía a las webs de comercio electrónico y al ver las mismas accedían a realizar las transferencias.
Si aún así tampoco se fiaban, les ofrecían que pagasen a la empresa encargada del transporte para que hiciera de mediadora y después de entregado el tractor, esta pagase al comercio electrónico, pero al ser la empresa de transporte una creación del grupo tampoco recibía el artículo; si aún así, con el anuncio, con la web del comercio y con la web del transporte no lograban convencer al perjudicado, para «aumentar» el grado de confianza y lograr la transferencia enviaban una copia del Documento Nacional de Identidad del vendedor. Sin embargo, en realidad, enviaban la copia del DNI de otro de los estafados que anteriormente había enviado sus datos a la organización para hacer la transferencia de algún tipo de artículo (generalmente tractores), resultando doblemente perjudicado, ya que era denunciado por los nuevos estafados y debía comparecer continuamente en el juzgado denunciado por estafa.
La fase de explotación de este operativo culminó con la detención de tres varones de edades comprendidas entre los 32 y 38 años, y de nacionalidad española, a los que se les atribuyen los delitos de pertenecía a organización criminal, estafa, falsificación de documentos públicos y usurpación de estado civil. Las diligencias han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Sagunto.
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