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La Guardia Civil ha detenido a ocho vecinos de Burguillos a los que imputa casi 40 robos perpetrados en su mayoría en explotaciones agrícolas de las comarcas de la Vega del Guadalquivir y la Sierra Norte. Estos ladrones generaron cuantiosas pérdidas porque dejaron sin luz a decenas de fincas y en alguna ocasión llegaron a atacar torres de alta tensión, afectando al alumbrado público de algunas localidades. No se trata de ninguna banda internacional como ha ocurrido en anteriores ocasiones, sino un grupo de delincuentes habituales que comparten una fuerte adicción a las drogas, según confirmaron a ABC fuentes de la investigación.

El listado de poblaciones que se vieron afectadas por la actuación de estos delincuentes no es corto: Burguillos, Carmona, Alcalá del Río, San José de La Rinconada, Villanueva del Río y Minas, Guillena, La Algaba, El Castillo de las Guardas, Gerena y Castilblanco de los Arroyos. Los investigados se cebaron especialmente con los transformadores que dan energía a las explotaciones agrícolas. Al tratarse de instalaciones con poca o nula #vigilancia, los detenidos actuaban de noche para llevarse el cable de cobre de los equipos que destrozaban.

Para llegar al material preciado, «inutilizaban inicialmente el propio transformador despojándolo de su carga eléctrica para posteriormente arrancarlo de su lugar destrozando literalmente el aparato», señala la Guardia Civil en un comunicado. Los daños ocasionados a agricultores y ganaderos son importantes porque estas instalaciones eléctricas tienen un precio que oscila entre los 6.000 y los 12.000 euros. Pero además, al dejar sin energía la explotación, los cultivos se quedaban sin riego automático, por citar alguna de las consecuencias.

Experto en electricidad

Los agentes sospechaban que al menos uno de los ladrones debía tener conocimientos en electricidad porque sabían inutilizar unas instalaciones que tienen un alto voltaje. Una sospecha que así se ha confirmado.

Cuando se hacían con el cable de cobre, lo vendían en partidas pequeñas para no llamar la atención en chatarrerías de la provincia. El dinero obtenido servía para financiar la compra de la droga.

Los primeros robos que han podido imputar a este grupo de ladrones son de septiembre del año pasado. A pesar del perfil bajo, los ocho detenidos se han mostrado muy escurridizos. Los agentes de los grupos Roca de Carmona y San José de la Rinconada han tenido que invertir meses de trabajo para dar con ellos. Fue clave la presión que ejercieron los investigadores sobre las chatarrerías donde introducían el metal sustraído porque tras varias visitas de los agentes, en las que reclamaron documentación y el visionado de las cámaras, los detenidos hicieron un parón y «literalmente se escondieron». Eso ocurrió el pasado mes de abril, según las mismas fuentes consultadas, y no volvieron a la actividad hasta hace unas semanas, cuando fueron arrestados.

Los detenidos cuentan con antecedentes policiales y ya eran conocidos por los agentes. Tras pasar a disposición judicial, todos los implicados quedaron en libertad con cargos. La operación sigue abierta y no se descartan más arrestos.

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fuente: abc de #sevilla

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